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La Unión Europea (UE) ha lanzado un ambicioso reto a España: debe formar 1,5 millones de profesionales tecnológicos en los próximos seis años. Este desafío se enmarca en el objetivo más amplio de la UE de contar con 20 millones de trabajadores en el sector de las Tecnologías de la Información y la Comunicación (TIC) para 2030. Este desafío resuena también en América Latina, y en particular en Argentina, donde el sistema financiero puede desempeñar un papel crucial en la transformación del mercado laboral hacia una economía digital.
El panorama tecnológico europeo revela una disparidad con otras potencias mundiales como Estados Unidos, China e India. Estas naciones crean nuevas tecnologías y atraen talento global, mientras que Europa apenas cuenta con 9,8 millones de profesionales TIC, lo que representa menos de la mitad del objetivo para 2030. España, con solo 915.000 trabajadores en el sector, debe formar o reciclar a 1,5 millones de expertos en los próximos seis años.
Reciclar o reconvertir en términos laborales se refiere al proceso de reentrenar a los empleados actuales para que adquieran nuevas habilidades y competencias necesarias en un entorno laboral cambiante. En recursos humanos, esto se conoce como "reskilling" (reciclaje) y "upskilling" (mejora de habilidades). El reciclaje implica capacitar a los trabajadores para roles completamente diferentes, mientras que la mejora de habilidades se enfoca en actualizar las competencias existentes para adaptarse a nuevas tecnologías o métodos dentro del mismo campo.
Para abordar esta brecha, la Comisión Europea encargó un diagnóstico a un grupo de expertos, cuyas conclusiones se debatieron recientemente en un evento en Madrid. Según estos expertos, la digitalización es transversal a todos los sectores; por ello, no basta con formar ingenieros y técnicos, toda la sociedad necesita adquirir habilidades digitales lo que representa una oportunidad si se sabe aprovechar.
En Argentina, la situación presenta desafíos y oportunidades similares. Puntualmente, la innovación financiera y la inclusión digital pueden ser motores clave para la reconversión laboral, transformando el sistema financiero y creando nuevos puestos de trabajo.
La digitalización del sistema financiero genera demanda de profesionales en áreas como la ciberseguridad, inteligencia de negocios y el desarrollo de software, así como todos los nuevos puestos que se desprenden de la necesidad de capacitar a la población en herramientas digitales para sus finanzas.
La educación financiera digital, por ejemplo, puede ayudar a la población a adquirir herramientas para el uso de tecnologías financieras avanzadas, reduciendo la brecha digital y permitiendo a más personas participar activamente en la economía digital.
Los colaboradores en roles bancarios tradicionales, como cajeros y referentes de servicio al cliente, pueden ser reentrenados para ocupar nuevas posiciones relacionadas con el análisis de datos, la gestión de riesgos digitales, el desarrollo de productos financieros innovadores, la inclusión financiera y la educación financiera de los clientes.
Para abordar la escasez de talento tecnológico, es fundamental desarrollar programas de formación y reconversión laboral. Estos programas deben estar alineados con las necesidades del mercado y pueden incluir microcredenciales y cursos cortos de especialización. El sistema financiero puede contribuir significativamente a atraer, retener y desarrollar talento tecnológico en Argentina creando uno de los primeros casos testigo.
El camino es desafiante, pero con esfuerzos coordinados y un enfoque en la educación tecnológica, Argentina puede aprovechar esta oportunidad para posicionarse como un líder en la economía digital del futuro. Quienes estén interesados en trabajar en el sistema financiero no pueden obviar esta realidad que no es del futuro, sino del presente más inmediato.