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Sumérgete en el fascinante mundo de la luthería, donde la historia se entrelaza con la pasión y la innovación para dar vida a los instrumentos musicales. Desde los tiempos del Renacimiento europeo, los luthiers han sido los artífices detrás de la creación y el mantenimiento de una amplia gama de instrumentos, desde violines y violonchelos hasta clarinetes y saxofones.
En el corazón de esta tradición se encuentra la Escuela BELE de Luthería en Bilbao, donde se respira el aroma del cedro y el barniz recién aplicado mientras los futuros luthiers dan forma a sus creaciones con manos expertas. Aquí, en este taller de madera lleno de historia y arte, se fusiona la destreza técnica con una profunda conexión emocional con la música.
Un ejemplo vivo de esta pasión es Gawinski, músico y reparador de instrumentos especializado en instrumentos de viento. Para él, cada saxofón, flauta, clarinete y trompeta que repara lleva consigo un pequeño trozo de su propia experiencia musical. Su doble vida como músico y luthier le otorga una perspectiva única sobre el arte de la creación musical, donde la conversación íntima entre el intérprete y su instrumento es fundamental.
Pero la luthería no es solo un viaje al pasado; es también un camino hacia el futuro musical. En este taller de innovación y experimentación, los luthiers exploran constantemente nuevas técnicas, materiales y formas de dar vida a la música. Desde los modelos clásicos del siglo XVIII hasta las últimas tendencias en diseño y acústica, el único límite es la imaginación del luthier.
XXI. Estos artesanos musicales siguen trabajando a la usanza de los maestros italianos para dar forma a instrumentos de cuerda frotada y pulsada que son piezas de arte. Detrás de cada uno suele haber el alma de un carpintero emocionado con transformar tan noble material en sonido.
Diego del Valle, Agustín Clemente, Daniel Gil de Avalle y los hermanos Seivane. Son solo una representación de figuras consagradas de este oficio en España y muchos de sus instrumentos musicales están por todo el mundo porque han terminado en manos de grandes de la música. Violines, violas, violonchelos, arcos, gaitas… Piezas únicas, fabricadas con esmero, precisión y un gran dominio de las técnicas de este arte.
