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Las indagaciones sobre el cosmos y su comportamiento sigue siendo de vital importancia para los investigadores, pues cada cambio o señal puede dar una pista sobre el origen de las estrellas, composiciones y demás fenómenos que ocurren allí.
Usualmente, si se piensa en el espacio, muchas personas tienen en mente que este es un lugar oscuro con un par de iluminaciones debido a las estrellas y satélites que están allí, sin embargo, un grupo de investigadores ha descubierto que el espacio tiene color. Para el año 2001, un grupo de investigadores determinó que el espacio era color verde turquesa, pero para el siguiente año debieron corregir su teoría debido a un fallo al leer las sombras.
Otra composición que afectó este resultado fue el Sol, sin embargo, la duda frente a qué color tenía el universo seguía siendo una incógnita, pues a pesar de los diferentes estudios, la luz que emiten las galaxias variaban hasta que el equipo liderado por Glazebrook y Baldry dieron a conocer que los colores llegan a un tono blanco casi que beige.
La investigación incluyó alrededor de 200 mil galaxias donde al resultado del tono se le dio el nombre de “latte cósmico”; gracias a estos colores es posible conocer la edad de las galaxias y estrellas, pues dependiendo su brillo se pueden determinar estos datos, tanto así que varias de estas estrellas tienen cinco mil millones de años.
Debido al cambio de color de las estrellas y con el paso del tiempo, el universo puede ir cambiando de color debido a la intensidad. El tono beige que se descubrió se relaciona con aquellas regiones que emiten una luz roja, amarilla y verde; sin embargo, es muy poco probable que este color no se perciba desde la Tierra debido a la distancia y demás elementos que hay en el cielo.
Este tipo de situaciones hacen que nuestro universo pueda cambiar de tonalidades y cambien o varíen su color con el paso del tiempo, sin embargo, esto seguirá siendo motivo de investigaciones.
